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domingo, 1 de mayo de 2011

SUELDOS Y SALARIOS: JUSTICIA O INJUSTICIA

William J. Peña Reinoso
01 de mayo de 2011

En una conversa con un buen amigo, en la cual practicamos el deporte nacional: hablar mal del gobierno y componer al mundo, salió a relucir el tema de los salarios y de los aumentos decretados por el Gobierno Nacional en oportunidad de festejarse el 1 de mayo, Día del Trabajador, mas no sé si es lo mismo que el Día del Trabajo.

Él un empresario del Sector Tecnológico y yo un jubilado de profesión: Criticador y Oposicionista, nos preguntamos ciertas cosas:

1.     ¿Los aumentos decretados cubren las necesidades de los trabajadores, cubren la pérdida del valor adquisitivo del trabajador?

2.     ¿Cuáles fueron los criterios para fijar esos límites?

3.     ¿Por qué se fijan diferentes escalas de salarios a ciertas profesiones, a toda luz necesitadas de ajustes, pero no de carácter prioritario para el desarrollo del país?

4.     ¿Se consultó a los factores que intervienen en los procesos productivos, a saber empresarios y trabajadores, y no a los factores políticos que no forman parte de ello sino son los factores improductivos?

5.     ¿Por qué los decretos de aumentos de salarios y sueldos mínimos se toman en una fecha tan atravesada y no al principio del año, y además se usan como un elemento de proselitismo político y no como una solución de equilibrio a la situación económica?

6.     ¿Alguna vez el Gobierno ha pensado en el impacto que implica un aumento de los salarios y sueldos mínimos en todo el resto de la organización empleadora y en los diferentes tipos y tamaños de empresas?

Realmente nos planteamos como unas veinte preguntas más y de seguro mas interesantes y profundas, pero estas son las que mi frágil, y deteriorada, memoria recuerdan.

El Gobierno puede dar, y seguramente lo hará, una argumentación explicativa típicamente política: que si la conducta imperialista, oligarca, especulativa, hambreadora, explotadora, y cuanto epíteto se le ocurra,  de cuanto bicho se le ocurra, a cada una de nuestras interrogantes, pero en el bolsillo de los venezolanos, trabajadores y empresarios, las mismas parecieran insuficientes: la situación económica sigue igual y en vías a peor, mas después del referido decreto y de las brillantes ideas socio-económicas del régimen.

Dentro de las paradojas de estos tiempos nos encontramos con el hecho que el Gobierno Destruyó, Acabó, Borró, con los privilegiados de la industria petrolera de la IV pero creo una nueva clase de privilegiados, venidos ahora a burgueses (los Boliburgueses) que supera en beneficios y en número a los tecnócratas, oligarcas y vendidos al capitalismo, de la IV República, o es qué a alguien le cabe duda que los militares sustituyeron en el país a esa oligarquía “pitada por el Presidente”. Ah, no olvidemos que se botaron a veinte y tantos mil trabajadores de esa industria para quedarse con otro tanto, pero que ahora están por el orden de los ciento y tantos mil con una producción petrolera muy inferior a la de la IV República.

Pero vamos a lo que tiene sabor: En este país un militar gana más, y en gran medida, que un Maestro de Escuela y a uno le asalta la pregunta: ¿cuál de los dos produce más valor agregado al desarrollo del país? De seguro tendré respuesta política mas no racional; este gobierno privilegia la fuerza sobre la cultura y la razón, cada día convierten a nuestro país en una sarta de segundones y de débiles mentales en beneficio de un modelo político. Pero allí no queda la cosa, un militar, un juez, un parlamentario nacional o regional, un encargado de alguna de las empresas del estado y cuanto bicho esté relacionado con el asunto político y adoctrinador del modelo y del proceso (poceso, sic), no solo ganan más que un Maestro, ganan más que un Profesor Universitario, que un Médico, que un Paramédico, que un Ingeniero, que un Científico, que un Obrero de la Construcción, de la Metalmecánica, que un pequeño Productor Agropecuario, que un Campesino, que una Asistente de Asuntos Domésticos y paremos de contar. En todo caso los militares, en sus respectivos grados, ganan más que cualquier ciudadano que agrega valor al país, como creo dicen los economistas: al PIB, que cualquier ciudadano productivo; y esto, a todas luces no nos pareció justo, equitativo y ni muy Socialista, bajo el supuesto de la equidad de ese sistema socio-político.

Entiendo que mis allegados, economistas y expertos en la cuestión salarial, me intentarán dar diferentes y argumentativas respuestas a nuestras preguntas, mas estoy seguro que todas serán insuficientes al “ladre” de nuestros bolsillos, las quejas de nuestras esposas y llanto de nuestros niños.

Hasta cuándo la irresponsabilidad del Gobierno, hasta cuándo despilfarrar dinero en supuestas Solidaridades Internacionales, las cuales no son otra cosa que compra de conciencias y votos, internacionales; cuándo el Gobierno va a tener solidaridad con “todos” los venezolanos sean rojos o no, cuándo el Petróleo y la bonanza petrolera tocará a los venezolanos, cuándo esa riqueza será repartida en sueldos y salarios justos, a través de la inversión y no la dádiva, cuándo tendremos un sistema educativo, un sistema de salud, un sistema de viviendas, de alimentación o un sistema producción, de primer orden, no necesariamente de primer mundo por si eso les causa escozor, de la calidad que merece este pueblo trabajador, de la calidad que merece un ser humano.

Bueno amigos, estas son algunas de las cosas de las cuales hablamos, ciertamente no se trataron a profundidad ni con el rigor científico necesario, se conversaron frente a un plato de comida y sin bebida alcohólica que nos nublara la mente; aunque al pensar en los trabajadores que no tienen la oportunidad de comer, como nosotros ese día, siento bastante pena, y al pensar en los conciudadanos que están en huelga de hambre siento profunda Solidaridad.